En este artículo, Roberto Martínez, que dirige a Vitinha en la selección portuguesa, analiza por qué el centrocampista es el motor de la estrategia en posesión del París Saint-Germain. El seleccionador de Portugal también explica cómo, en algunas ocasiones, la función de Vitinha en el triunfo de su equipo sobre el Seattle Sounders FC fue más allá de sus responsabilidades habituales como centrocampista. El artículo se basa en el análisis del partido que llevaron a cabo Arron Ackerman, jefe del Equipo de Análisis del Rendimiento Futbolístico de la FIFA, y Roberto Martínez, integrante del Grupo de Estudio Técnico de la FIFA presente en el Mundial de Clubes FIFA™.
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Cómo juega Vitinha
El PSG registró un promedio de posesión del 67.8 % en sus tres partidos de la fase de grupos. Vitinha es un elemento fundamental en la fluidez del juego del PSG. De hecho, contra el Seattle Sounders FC, fue el segundo jugador con más pases acertados, mientras que en los partidos contra el Atlético de Madrid y el Botafogo fue quien registró más precisión en el pase. En opinión de Roberto Martínez, las cualidades que convierten al centrocampista portugués en el metrónomo del PSG son las siguientes:
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Personalidad: posee una voluntad innata para ayudar al equipo y ofrecerse siempre para recibir el balón.
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Percepción posicional: lee el juego con inteligencia y se mueve por el campo de manera que abre líneas de pase en la elaboración de la jugada.
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Movilidad física: a su inteligencia táctica cabe añadir la resistencia y la velocidad para ocupar las posiciones que propician la apertura de líneas de pase.
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Calidad técnica: su control del balón y capacidad para girarse bajo presión le permiten conservar la pelota cuando la recibe y pasarla a un compañero.
Las estadísticas que recopiló el equipo de Perspectivas del Rendimiento Futbolístico de la FIFA en el triunfo del PSG sobre el Sounders recalcan algunas de las cualidades que convierten a Vitinha en una pieza fundamental en el juego de posesión de su equipo. Vitinha intervino en nueve jugadas que acabaron con un remate a puerta, una cifra que en este partido solo igualó Achraf Hakimi. Además, corrió 12.3 km, más que ningún otro jugador del PSG, lo que demuestra el derroche físico que requiere su función. Contra el Botafogo, Vitinha también fue el jugador de su equipo que más distancia recorrió, con 11.8 km.
Tres características de la función de Vitinha con la posesión
La polivalencia del centrocampista portugués en el último partido del PSG en la fase de grupos fue sobresaliente. Roberto Martínez destaca que Vitinha fue capaz de influir en el juego de tres maneras distintas en fases en las que su equipo dominaba la posesión. Juntas, ponen de manifiesto por qué el mediocentro fue tan importante a la hora de que su equipo mantuviera el control sobre sus rivales.
1. Manejar los hilos desde la medular
Vitinha ejerció su influencia desde su habitual posición de medio de contención en el esquema 4-1-2-3 del PSG, justo por delante de la zaga. Desde esa zona, Vitinha dirigió la elaboración de las jugadas de su equipo y, siempre que fue posible, cambió la orientación del juego.
2. Bajar hasta la línea defensiva
Para influir de otro modo en el juego, Vitinha se situó a la altura de la línea defensiva del PSG, junto a los centrales Willian Pacho (51) y Marquinhos (4). Este movimiento dio libertad al lateral izquierdo Nuno Mendes (25) para subir por la banda y permitir que Fabián Ruiz (8) se moviera por el centro del campo.
Como apunta Roberto Martínez, lo más llamativo fue que Vitinha mantuviera esta posición durante una posesión entera.
«Su disciplina para formar parte de la línea de tres permite al PSG disponer de una manera completamente distinta de internarse, con los dos centrocampistas y el falso nueve. De este modo, da la oportunidad a cuatro o cinco jugadores del PSG de recibir el balón, y es uno de los motivos por los que les resultó tan fácil conservar la pelota».
3. Avanzar para dar apoyo en ataque
La tercera manera en la que el mediocentro portugués influyó en el juego en posesión de los suyos fue la más inusual, con desmarques verticales muy largos en campo contrario. La imprevisibilidad de estos desmarques puso en apuros a la defensa rival. No obstante, como explica Roberto Martínez, para activar este tipo de internadas hace falta una gran coordinación colectiva.
«Vemos que no se trata de una decisión de un solo jugador, sino de una idea colectiva muy bien trabajada. La penetración de Vitinha comienza con la apertura a la banda de Fabián Ruiz, lo que genera espacios. Vitinha atraviesa tres líneas defensivas de un modo muy difícil de defender, porque, cuando abren el balón a la banda, el portugués corre a la espalda de los dos centrocampistas del Seattle Sounders, que tardan en reaccionar porque no lo ven. A continuación, el balón llega al jugador que se ha desmarcado, en este caso, Vitinha. Aquí se aprecia que es un movimiento táctico. En el momento en el que se abre el balón a la banda, el equipo sabe que se va a producir un desmarque».