En su partido contra River Plate de la fase de grupos del Mundial de Clubes FIFA 2025™, el Inter de Milán recurrió a movimientos coordinados en las zonas centrales, especialmente de sus centrocampistas y tres centrales, para descolocar a los marcadores contrarios, que al abandonar sus posiciones dejaban huecos entre líneas.
El equipo de Cristian Chivu supo aprovechar la estrategia de los argentinos, atraer a los marcadores y beneficiarse de los espacios que se creaban. En este artículo, el experto del Grupo de Estudio Técnico de la FIFA Jürgen Klinsmann explica cómo los movimientos sin balón del Inter desorganizaron la presión contraria y le permitieron superar las líneas rivales mediante situaciones de superioridad numérica por el centro o eludir por completo la presión con balones por alto.
«Tener sangre fría, calidad y habilidad en el pase para desequilibrar al rival es muy importante. Conseguir que el rival se desplace, atraerlo hacia sitios en los que no quiere estar y obligarlo a correr, le genera desgaste físico. También hacen falta jugadores que sepan moverse en función de dónde se está presionando y abrir líneas de pase para el compañero en el que se concentra la presión. Así se desequilibran las líneas defensivas de un equipo de la calidad de River Plate».
La presión alta de River Plate
River Plate ejerció una presión alta cuando el Inter empezaba a elaborar las jugadas. Sus delanteros Miguel Borja (9), Facundo Colidio (11) y Franco Mastantuono (30) fueron tres de los cuatro jugadores del partido que más se involucraron en esta estrategia. El jugador que se destacó en este apartado fue el extremo Maximiliano Meza (8), con nueve acciones de ese tipo, lo que pone de manifiesto la intención de River Plate de ejercer una presión individual sobre los defensores del Inter y cualquier centrocampista que bajara a ayudar en la construcción del juego. River Plate no estaba dispuesto a permitir que el Inter superara sus líneas por el centro.
LA ESTRATEGIA DEL INTER
Cuando el Inter sacaba jugado, sus tres centrales, Alessandro Bastoni (95), Francesco Acerbi (15) y Matteo Darmian (36), solían intercambiar posiciones en el tercio defensivo con los dos mediocentros, Kristjan Asllani (21) y Henrikh Mkhitaryan (22). Cuando River Plate presionaba al rival con un marcaje individual, el Inter jugaba en la medular con cuatro futbolistas adelantados, con la intención de generar pugnas individuales contra los cuatro defensas sudamericanos.
Esta táctica abría grandes huecos entre la primera y la última línea de la estructura defensiva de River Plate, y el centrocampista del Inter Nicolò Barella (23) se encontró a menudo solo ante un rival en esa zona.
Como explica Klinsmann: «Los dos equipos tenían que ganar este partido y el Inter jugó con inteligencia, trató de conservar el balón atrás con cuatro, cinco o incluso seis pases, antes de buscar uno directo entre líneas que desequilibrara la defensa de River Plate. Con su presión alta, River Plate dejaba grandes espacios entre los cinco hombres de delante y los cinco de atrás, y el Inter, con la calidad que atesora, era capaz de zafarse del rival y abrir el espacio para combinar con los jugadores de ataque».
Contra los dos centrales de River Plate, el Inter mantuvo a dos delanteros centro, Lautaro Martínez (10) y Francesco Pio Esposito (94), ambos decisivos para superar las líneas contrarias por el carril central.
Los datos de nuestro equipo de Perspectivas del Rendimiento Futbolístico muestran la cantidad y la concentración de recepciones del Inter por el tercio central después de superar con balones filtrados la línea de mediocampo de River Plate. Lautaro y Esposito fueron quienes más pases recibieron, nueve y siete respectivamente.
Cuando un equipo ejerce una presión alta, es imprescindible que se acerque al contrario lo suficiente como para impedir que avance con el balón, y debe hacerlo de forma sincronizada, como señala Klinsmann en los siguientes vídeos.
«En la final de la Liga de Campeones de la UEFA, el PSG fue sumamente eficaz a la hora de aproximarse mucho a los defensas del Inter que se disponían a sacar el balón jugado. Esto los desequilibraba y afectaba a su capacidad para superar las líneas. Sin embargo, River Plate no siempre se acercó lo suficiente, sobre todo después de los pases que enviaba el Inter precisamente para atraer la presión».
«Con este tipo de presión alta, los centrales del equipo defensor tienen que adelantarse a los delanteros centro para hacerse con el balón cuando estos bajen a recibir pases entre líneas, pues no cuentan con la protección de un medio de contención. El repertorio de pases que utilizó el Inter para superar la presión se lo puso más difícil a River Plate, ya que, en cuanto los jugadores (incluido el portero, Yann Sommer) disponían de tiempo o espacio, podían pasar el balón entre líneas, por alto o hacia las bandas».