En esta entrega de la serie sobre fundamentos del entrenamiento de fútbol base, la Dra. Vanessa Martínez Lagunas ahonda en cómo pueden los entrenadores optimizar la aplicación en el juego. La etapa formativa que se aborda, entre los 12 y los 15 años, es clave para los jóvenes. Su enfoque gira en torno a la importancia de llevar a cabo actividades relacionadas con la temática principal de la sesión, incrementando paulatinamente la dificultad durante esta y adaptando el trabajo a las necesidades de los jugadores.
En la siguiente presentación, la Dra. Martínez Lagunas analiza cómo optimizar la aplicación en el juego puede favorecer el desarrollo integral en esta franja de edad. Después del vídeo se incluye un resumen de la presentación, incluida una explicación de sus tres principios técnicos esenciales, así como ejemplos de ejercicios que pueden ayudar a los entrenadores a diseñar sesiones divertidas y útiles que permitan a los jugadores trasladar todo lo aprendido a los partidos.
Primer principio: Velar por que se ajuste a la temática principal de la sesión
En esta franja de edad, los jugadores deben empezar a relacionar lo aprendido en los entrenamientos con las situaciones de partido; por tanto, es importante que los ejercicios de aplicación en el juego estén estrechamente relacionados con la temática principal de la sesión. En este primer apartado, Martínez Lagunas explica cómo pueden los entrenadores diseñar experiencias formativas claras y coherentes mediante ejercicios que conecten con el objetivo principal de la sesión, y cómo facilitar que los jugadores las entiendan mediante un proceso de aprendizaje guiado.
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Conectar con la temática principal: los ejercicios que el entrenador elija deben guardar relación con la temática principal de la sesión; de este modo, los jugadores podrán aplicar las competencias o conceptos que se trabajen.
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Hacer preguntas inductivas: los entrenadores deben plantear preguntas orientadas a la reflexión de los jugadores, de forma que estos puedan identificar por sí mismos los aprendizajes más importantes del ejercicio.
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Garantizar la seguridad en todo momento: es fundamental que los jugadores dispongan de una zona de juego segura, y los entrenadores deben delimitar espacios libres entre los terrenos de juego, sobre todo cuando dirijan un ejercicio con varios grupos.
Segundo principio: ir incrementando la dificultad paulatinamente
Como parte del proceso de desarrollo de los más jóvenes, la dificultad y complejidad de los entrenamientos dirigidos a ellos suele ir en aumento. De hecho, Martínez Lagunas considera necesario aplicar este principio dentro de una misma sesión, y en la presentación explica que ir aumentando la dificultad y el componente competitivo e involucrar a todo el equipo ayuda a los jugadores a permanecer concentrados y dar el máximo en cada ejercicio.
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Aumentar paulatinamente la dificultad del ejercicio: consiste en plantear un ejercicio sencillo e ir aumentando el grado de exigencia, siempre en relación con la temática principal que se pretende trabajar en la sesión.
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Introducir elementos competitivos para motivar a los jugadores: incluir estos elementos ayuda al desarrollo del ejercicio, ya que hace que resulte más motivador, atractivo y entretenido y, al mismo tiempo, permite a los jugadores mejorar su capacidad técnica.
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Incluir a todos los jugadores: el entrenador adaptará los ejercicios de forma que todos los jugadores puedan participar y aplicar sus capacidades a su ritmo.
Tercer principio: adaptar el trabajo a las necesidades de los jugadores
Al tratar de incrementar la complejidad de un ejercicio o plantear un enfoque distinto al entrenamiento para trasladar a los partidos todo lo aprendido, es importante adaptar cada actividad al nivel de los jugadores, en previsión de aumentar la exigencia. Martínez Lagunas explica cómo la adaptación del trabajo puede preparar a los jugadores de esta franja de edad para ir asumiendo desafíos cada vez más complejos.
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Comprensión de conceptos tácticos: los ejercicios que emulan el juego real ayudan a los jugadores a entender conceptos tácticos básicos como la colocación, los movimientos sin balón y el esquema del equipo en situaciones de partido.
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Adaptación a una presión más fuerte: al trabajar sus capacidades en situaciones que simulan un partido, los jugadores aprenden a lidiar con la presión y mejoran su adaptabilidad y resistencia en el terreno de juego.
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Preparación para las categorías superiores: al ganar confianza aplicando en los partidos los conceptos entrenados en esta etapa, los jugadores dispondrán de una base sólida que les permitirá ampliar sus competencias tácticas y su rendimiento competitivo en posteriores etapas.
Conclusiones principales
Al centrarse en trasladar a los partidos lo que se ha trabajado en los entrenamientos, los técnicos ayudan a estrechar la conexión entre lo que se aprende y lo que se utiliza en la competición. Si se realizan con un objetivo claro y de forma progresiva, los ejercicios anteriores sirven para mejorar notablemente las competencias técnicas y tácticas, así como la capacidad de análisis en el terreno de juego. A continuación se resumen las principales conclusiones de la presentación de la Dra. Martínez Lagunas sobre optimizar la aplicación en el juego.
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Los ejercicios de disparo, mejor si se disfrutan: el disparo es uno de los aspectos más satisfactorios del fútbol para cualquier joven jugador y, además, les permite imitar a sus ídolos.
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La repetición es fundamental para el desarrollo: conviene ofrecer a los jugadores muchas oportunidades de tirar a puerta para mejorar en este aspecto.
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Empezamos con ejercicios sencillos y vamos incrementando la dificultad: conviene que los jugadores se centren en la técnica antes que en la potencia para, más adelante, ir incrementando la dificultad y el ritmo de la sesión y poner a prueba sus capacidades.