Estos desmarques se producen en gran medida cuando un jugador atacante sale en carrera desde una posición retrasada para ocupar el espacio existente entre el defensor más abierto del equipo rival y el central más cercano. El objetivo del desmarque es ofrecerse para recibir el balón a la espalda de la defensa rival, pero en una zona interior, que es el espacio que priorizan los equipos defensores.
En los primeros 96 partidos de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA 2025™, se han marcado 24 goles con un desmarque de este tipo en la secuencia de acciones previas. Si se comparan los datos con los de la edición de 2023, se observa que se realizan más desmarques de este tipo y que un mayor número de estas acciones desembocan en remates y goles. Como se puede apreciar en el segundo gráfico, la selección portuguesa es la que mayor provecho ha sacado de estas situaciones, ya que registra el mayor volumen de remates ejecutados y goles marcados a partir de estas acciones por cada 30 minutos de posesión.
Como antiguo extremo izquierdo, el experto del GET Damien Duff reivindica el uso de esta acción por los desajustes y la confusión que puede provocar en la estructura defensiva del rival.
«Es un movimiento que cambia la dinámica de la jugada y genera dudas a los defensores sobre a quién marcar, especialmente si nadie sigue al jugador que se desmarca y los defensores más cercanos ya están pendientes de otros atacantes. Todos los grandes equipos aprovechan que cualquier jugador puede lanzar estos desmarques para recurrir constantemente a estas acciones. En el fútbol de alto nivel se ven muchos goles precedidos de estas jugadas, ya que generan tensión en los rivales y dejan a los defensores sin opciones».
Puntos clave
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Medir bien los tiempos es fundamental para evitar que el jugador inicie el desmarque demasiado pronto o se encuentre en fuera de juego en el momento de enviarse el pase en profundidad.
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El jugador que se desmarca debe correr hacia el lado ciego o a la espalda de los defensores, fuera de su campo de visión.
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La intensidad y la trayectoria del pase deben permitir que el jugador que se desmarca reciba el balón por delante y en carrera.
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El desmarque también se puede usar como cebo para atraer a un defensor y generar espacios que puedan ser aprovechados por el equipo atacante.
Según Duff, este tipo de desmarques genera problemas cuando los defensores no siguen al atacante, pero también cuando lo hacen, debido a los desajustes que provoca.
«En este torneo estamos viendo desmarques bien defendidos en los que se da el pase de todos modos para que el atacante pueda recibir por delante a la espalda de la línea defensiva. Si el defensor que sigue al atacante es un central, se abre un espacio en el carril del centro, mientras que, si lo sigue un mediocampista, el desmarque se puede usar como cebo para generar espacios delante de la defensa. Si nadie sigue el demarque, es una ocasión de gol segura».
Sincronización del desmarque con el pase
Aunque este tipo de desmarques los puede ejecutar cualquier jugador partiendo de cualquier zona del campo, es importante medir bien los tiempos. En primer lugar, el jugador que sale en carrera debe intentar no superar la línea defensiva demasiado pronto y caer en fuera de juego, ni salir demasiado tarde y no llegar al pase. En segundo lugar, el jugador con el balón debe estar atento al inicio del desmarque y enviar el pase en el mismo momento en que se rompa la línea defensiva o un poco antes.
Según explica Duff, «el momento y la intensidad del pase son muy importantes, así como la trayectoria del balón. El pasador debe tener en cuenta el punto del campo en el que se encuentra y si el receptor es diestro o zurdo. También debe decidir si pasa con el interior o el exterior del pie para que el envío describa la trayectoria correcta, de modo que el receptor pueda recibir en carrera e imprimir la máxima velocidad al ataque».
Atraer a los defensores para abrir el carril interior
Cuando un jugador situado en una banda conduce el balón hacia el defensor rival más abierto, lo obliga a salir y defender esta situación de uno contra uno. Esta acción puede separar al defensor de la estructura defensiva de su equipo y abrir un espacio en el carril interior. En estas situaciones, el defensor se perfila para centrarse exclusivamente en el atacante y el balón, por lo que cualquier desmarque por el carril interior queda fuera de su campo de visión.
Duff desarrolla esta idea: «Los desmarques por el lado ciego hacia los carriles interiores generan confusión. En mi opinión, se trata de la mejor opción de desmarque que existe en el fútbol. Si, al atacar, observas que uno de tus compañeros se encuentra marcado por un lateral en la banda y uno de tus delanteros tiene fijado al central más cercano, o bien ves que la defensa rival mantiene la línea para proteger el espacio central, desmarcarte por el carril interior es una opción inmejorable».
El cebo
Los desmarques por el carril interior también se pueden utilizar como cebo, sobre todo cuando un jugador rival acude a defender al atacante que se desmarca. Si el defensor abierto sale al atacante y se abre un hueco en el carril interior para que otro jugador se desmarque desde el centro del campo, la responsabilidad de seguir a este último suele recaer sobre uno de los centrocampistas del equipo defensor. Cuando esto ocurre en el lado del balón, el centrocampista defensivo que persigue al atacante deja un espacio libre.
Como señala Duff, esta maniobra genera importantes desajustes en las estructuras defensivas del rival.
«Los laterales deben defender las situaciones de uno contra uno que se generan por las bandas, pero la prioridad de la estructura defensiva es proteger el espacio central. Cuando el centrocampista más cercano sigue un desmarque por el carril interior, se crea un hueco en el centro. Cualquier extremo al que le guste regatear o conducir el balón en carrera querrá atacar ese espacio, sobre todo si sus delanteros tienen fijados a los centrales contrarios».