Los marroquíes empezaron la fase de grupos con una sorprendente victoria por 2-0 contra España, actual campeona sub-20 de Europa. En su segundo partido, se impusieron a Brasil, campeona de la CONMEBOL, por 2-1. Este rendimiento generó una dinámica positiva que los catapultó hasta la final, a la que accedieron tras eliminar a Francia en las semifinales después de una apasionante tanda de penaltis.
Marcelo Jara, experto del Grupo de Estudio Técnico de la FIFA, explica cómo la selección ha aprovechado las virtudes de sus jugadores y ha planteado una formidable rivalidad a todos los equipos a los que se ha enfrentado.
«Marruecos es una selección muy eficaz y tiene claro cómo quiere jugar. Defiende en bloque y todo el equipo se deja la piel cuando es necesario. Aunque cuenta con jugadores de fuerte personalidad, una de sus principales virtudes es la excelente química existente en el grupo».
«Tiene futbolistas muy buenos técnicamente, con gran visión de juego y capaces de detectar las ocasiones. Esto resulta evidente en su criterio a la hora de decidir cómo y cuándo avanzar con el balón, especialmente cuando lo hacen a gran velocidad y con una estrategia clara. Juegan con intensidad, tanto con la pelota como sin ella, y hacen gala de una entrega y un talento excelentes».
Con la posesión
La capacidad de Marruecos para jugar con verticalidad ha sido una de sus principales virtudes cuando tiene la posesión. Sus jugadores han demostrado la calidad técnica necesaria para avanzar con el balón y superar líneas rivales desde atrás mediante diversas acciones, como pases en largo, combinaciones rápidas, regates y carreras.
Su estilo de ataque directo se ve reflejado en el hecho de que, hasta las semifinales inclusive, es la selección que más ha intentado avanzar con el balón, con un extraordinario promedio de 48.9 por cada 30 minutos de posesión. Sus porcentajes de pases en largo y hacia delante (v. la imagen 2 a continuación) también son superiores a la media del torneo.
Como explica Jara: «Marruecos ha demostrado sistemáticamente a lo largo del torneo su capacidad para desestabilizar las defensas rivales, incluso contra selecciones con diferentes estilos y planteamientos. Para ello, aprovecha al máximo las virtudes de sus futbolistas y juega de un modo que se adapta a la perfección a sus cualidades.
Esta calidad se aprecia en todo el equipo. El guardameta y los defensores se muestran cómodos enviando pases entre líneas. Los centrocampistas efectúan rotaciones y movimientos para desarbolar el entramado defensivo rival y generar espacios. Por su parte, los delanteros son inteligentes, muy técnicos y capaces de conducir el balón a gran velocidad, encarar a los defensores y combinar con habilidad para superar la línea defensiva rival. Marruecos acumula jugadores en ataque y es muy eficaz a la hora de materializar sus ocasiones».
Sin la posesión
Un rasgo predominante de la estrategia de Marruecos cuando no tiene el balón es su marcado uso de un bloque medio compacto. Es la segunda selección en términos de porcentaje de tiempo en bloque medio y figura entre las que impedido más ocasiones del rival con este dibujo compacto.
Tal y como señala Jara: «Marruecos emplea esta estructura de bloque medio de manera muy eficaz para proteger el centro del campo. Sus jugadores son muy disciplinados a la hora de colocarse e impedir que el rival los superen. Achican los espacios a los rivales que tienen el balón y cierran las posibles líneas de pase.
Cuando presionan, lo hacen con gran intensidad y contundencia para cerrar los espacios por el centro. También detectan oportunidades de interceptar la pelota y usan con éxito la estructura de bloque medio para iniciar transiciones ofensivas».
GUARDAMETA: Yanis Benchaouch
Marruecos llega al partido decisivo después de imponerse a Francia en una semifinal en la que se vivió una situación poco habitual, ya que los norteafricanos se vieron obligados a emplear en un mismo partido a los tres guardametas convocados. Yanis Benchaouch (1), titular en todos los encuentros del torneo, tuvo que ser sustituido en el minuto 64 debido a una lesión. Ibrahim Gomis (12), el guardameta suplente, disputó el resto del partido, hasta que a su vez fue sustituido al final de la prórroga por el tercer portero, Abdelhakim Mesbahi (16), que saltó al campo para la tanda de penaltis.
Si Benchaouch se recupera a tiempo, cabe esperar que vuelva a ser titular en la final, dado su fuerte liderazgo y su extraordinaria capacidad para atajar disparos. Hasta las dos semifinales inclusive, es el guardameta que registra más paradas de remates a puerta de primeras (9) y de remates a puerta de cabeza (6).
Como explica el experto en porteros Pascal Zuberbühler: «Benchaouch es titular indiscutible y líder de su selección. Ha tenido una actuación muy buena hasta la fecha, con una gran incidencia en la estrategia de su equipo. Posee unas cualidades fantásticas y es decisivo, como queda de manifiesto en la cantidad de paradas que ha realizado.
Marruecos defiende su área penal con gran intensidad y, como muestra el gráfico de radar, debe hacer frente a multitud de centros (36, sin incluir pases atrás desde la línea de fondo). El porcentaje de paradas de remates de cabeza y de disparos de primeras demuestra la habilidad de Benchaouch en estas situaciones y sus extraordinarios reflejos. Está en buena forma, juega con intensidad, es poderoso en las salidas, sabe leer muy bien estas situaciones y siempre está preparado».
 
         
                         
         
         
         
         
         
         
                         
                         
                         
                         
                        