Primera parte: México intenta dominar la posesión
En ataque, México apostó por un esquema 4-3-2-1, que se convertía en un 4-1-4-1 en defensa. El objetivo era dominar la posesión y recuperar el balón rápidamente. La selección de EAU, por su parte, había trabajado la presión en la sesión de entrenamiento que celebró dos días antes del partido, por lo que estaba preparada para contrarrestar el ataque mexicano.
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México intentó tener superioridad en las zonas centrales al elaborar el juego desde atrás. Sin embargo, la presión intensa de EAU les obligó a jugar por las bandas, lo que se tradujo en errores y pérdidas de balón. Los jugadores emiratíes se hicieron con el control del partido en los primeros minutos y surtieron de balones a los números 9 y 10 del equipo, que crearon varias ocasiones de gol claras.
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El combinado de Castro se vio obligado a cambiar el plan de juego previsto. Probaron soluciones alternativas para facilitar la salida de balón, como situar a su centrocampista entre los dos centrales o en la zona del lateral.
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Con el paso de los minutos, la estrategia de presión puesta en práctica por México le permitió imponer su ritmo y pasar más tiempo en campo contrario. El delantero centro cerraba las líneas de pase por la zona central, mientras que los extremos ajustaban sus posiciones en función de la altura de los laterales rivales. La selección de EAU tuvo dificultades para sacar el balón desde atrás y se vio forzada a enviar pases largos diagonales para salir de su tercio defensivo.
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En el minuto 26, México se adelantó con un tiro libre. La confianza mexicana crecía al mismo ritmo que disminuía la intensidad de la presión emiratí, lo que permitió que el Tri creara más ocasiones con el balón en movimiento. Su segundo gol llegó en jugada, pero en el último tramo de la primera mitad el combinado azteca siguió sin saber aprovechar los espacios a la espalda de la defensa rival.
Charla en el descanso: Castro pide más coordinación de movimientos
Castro aprovechó el descanso para hacer ajustes importantes y reforzar los conceptos trabajados durante la semana.
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Tras observar que muchas veces sus jugadores ocupaban el mismo espacio, les recordó que debían coordinar sus movimientos para evitar la aglomeración en determinadas zonas, sobre todo durante la fase de elaboración.
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Para ampliar el campo y crear espacios, Castro pidió al delantero centro y a los extremos que realizaran desmarques a la espalda de la defensa para hacer retroceder a los zagueros emiratíes.
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En la primera mitad, México había tenido dificultades para superar la presión alta de EAU, por lo que Castro sugirió hacer paredes para eludirla.
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Antes de regresar al campo, Castro reiteró a los jugadores su deseo de que el equipo lo diera todo sobre el terreno de juego. Asimismo, pidió que siempre hubiera dos futbolistas en los duelos aéreos: uno que pugnara por el primer balón y otro bien colocado para ganar la segunda jugada. Por último, les exigió a todos que se esforzaran al 110 %, ya que el 100 % no bastaría para conseguir la victoria.
Segunda parte: México sufre para llevar a cabo ajustes tácticos
En la reanudación, a México le costó poner en práctica las modificaciones tácticas que Castro había planteado en el descanso. Faltó coordinación en los movimientos para sacar el balón jugado desde atrás. Ni el delantero centro y ni los extremos consiguieron mantener ocupada a la línea defensiva de EAU. Tras una segunda parte más disputada, México se llevó la victoria por 3-2.
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El delantero emiratí ganó los duelos ante los centrales mexicanos y supo aguantar el balón para recibir el apoyo de sus compañeros. Su poderío físico y capacidad para retener la pelota propiciaron el primer gol del combinado asiático.
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México sí logró mantener su intensidad defensiva. Sus coberturas en defensa fueron patentes durante toda la segunda mitad. El tercer gol mexicano llegó tras una intensa presión y un disparo lejano que el guardameta emiratí no pudo atrapar.
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A medida que avanzaba el encuentro, la selección de Castro empezó a tener más acierto en el juego en corto, pero siguió teniendo problemas para superar la línea defensiva rival. Comenzó a enviar balones largos a la espalda de la defensa para obligarla a retroceder.
Entrevista pospartido
Tras el partido, Castro admitió que EAU había sido un rival difícil, pero opinó que su selección había jugado un buen encuentro. México sufrió para frenar al potente delantero centro emiratí, pero el técnico se mostró satisfecho de que el equipo hubiera sido capaz de encontrar a los jugadores de ataque en los espacios libres, tal y como lo habían entrenado durante la semana. También consideró que el equipo presionó bien en algunas fases: el delantero centro se encargó de presionar al medio centro rival, mientras los extremos y pivotes obligaron a los adversarios a jugar por dentro y forzaron varias pérdidas de balón. Castro subrayó que sus jugadores debían saber cuándo tenían que replegarse y presionar menos.
En general, el partido fue una experiencia positiva para los jugadores mexicanos, que no suelen jugar contra equipos de este nivel. Castro consideró que, en el primer partido, contra España, sus futbolistas acusaron la falta de rodaje, pero ante la EAU ya pudieron mostrar su personalidad.